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El Dueño del Monte

También llamado Viejo del Monte, es un personaje de leyenda del folclor costarricense. Se trata de un fantasma que vaga por las montañas, los bosques y los potreros despoblados, lanzando grandes alaridos que hielan la sangre, los cuales pueden ser escuchados desde mucha distancia. En algunas historias es descrito como un gigante de alta talla, corpulento, cubierto de pelo largo de pies a cabeza, el cual enseña a través del pelo un solo ojo grande, redondo y brillante, similar a los cíclopes. En la región de Guanacaste, sobre todo en Bagaces, se le describe también con la forma de un sabanero monstruoso, con largas barbas y cabello espeso y enredado, de apariencia estrambótica, que se aparece por los potreros, montado a caballo, espantando al ganado. Algunas leyendas dicen también que el Dueño del Monte gusta de raptar mujeres el día de su matrimonio y llevárselas a su cueva, lo que lo vincula con la leyenda del Sisimiqui.

 

Se dice que es el alma en pena de un cazador cuya única pasión era matar animales de forma insaciable y estúpida. En castigo por sus pecados, luego de morir fue devuelto al mundo en forma de este ser, con la misión de defender a los animales de la montaña de otros cazadores como él, por lo que la leyenda tiene un trasfondo ecológico.

 

El Dueño del Monte espanta con grandes alaridos que conmueven la montaña y con su enorme y agresiva presencia que hace huir a los cazadores furtivos que pernoctan en las montañas. Se cuenta que el Dueño del Monte puede llamar y controlar a los animales e incluso hacerlos cambiar de forma, transformando a indefensos ciervos en fieros tigres, además de tener otros poderes para controlar las fuerzas naturales como la lluvia y el viento.

 

La Carreta sin Bueyes

La Carreta sin Bueyes es una leyenda perteneciente al folclor costarricense, acerca del espectro nocturno de una carreta que aparece por las noches y recorre las calles de algún pueblo o ciudad, sin que se vean bueyes que la arrastren ni tampoco boyeros que la dirijan.

 

En general, la aparición se trata del fantasma de una carreta que deambula por las noches las callejuelas de alguna ciudad, especialmente aquellas dónde viven jóvenes libertinos o matrimonios que pelean constantemente. También se comenta que aparece cerca de la casa de alguna persona que se ha vuelto muy codiciosa o un avaro que acaba de morir. En ambos casos, la presencia del espectro es una advertencia a los pobladores que corrijan su forma de vivir y busquen el buen sendero.

 

El fantasma se caracteriza porque a simple vista, se observaría que la carreta camina por sí misma, con la yunta alta y vacía, sin bueyes que la arrastren o boyero que la dirija; aunque el mito cuenta que realmente sería conducida por el fantasma de una bruja o incluso en ocasiones por el mismo Satanás en persona, generalmente de forma invisible o convertido en un buitre.

 

La Llorona 

 

Es un  espectro del folclor hispanoamericano que, según la tradición oral, se presenta como el alma en pena de una mujer que asesinó o perdió a sus hijos, busca a estos en vano y asusta con su sobrecogedor llanto a quienes la ven u oyen. Si bien la leyenda cuenta con muchas variantes, los hechos medulares son siempre los mismos.

 

La presencia de seres fantasmales que lloran en los ríos por motivos diversos es una característica recurrente de la mitología aborigen de los pueblos prehispánicos. Es así como pueden encontrarse rasgos de estos espectros en varias de las culturas precolombinas, que eventualmente, con la llegada de los conquistadores españoles, fueron asumiendo rasgos comunes gracias a la expansión del dominio hispánico sobre el continente. La leyenda es una historia que posee referentes míticos en el universo prehispánico, pero que instaura su drama y su cortejo imaginario y angustiante en el orden colonial.

 

El padre sin cabeza

 

El padre sin cabeza es un personaje perteneciente a una leyenda colonial del folclor latinoamericano, el cual es descrito como el fantasma de un sacerdote sin su cabeza.

 

La leyenda costarricense narra, en una de sus versiones, que el padre sin cabeza fue un sacerdote que emigró al Perú, que fue decapitado por la Inquisición por mujeriego, avaro y descarado, por lo que todavía anda buscando la cabeza. El origen de esta versión estaría en el cantón de Escazú, la llamada "Ciudad de las Brujas", por la abundancia de mitos y leyendas de fantasmas y seres sobrenaturales que caracterizan esta ciudad costarricense.

 

Una de las versiones más populares de la leyenda, dice que el fantasma del padre sin cabeza se aparece en el distrito de Patarrá, en una ermita localizada en una calle conocida como "La Calle del Cura del Cabeza", donde el espectro se materializa dando misa a los pecadores, pasando todo el rito religioso de espaldas, sin dar la cara, oculto entre las sombras, hasta que a la hora de dar la eucaristía, cuando el testigo se acerca, el cura se da vuelta y la persona nota, horrorizada, que le falta la cabeza.

El Jinete sin cabeza

En la historia, y después el jinete sin cabeza se mato por que su esposa lo dejo y se divorció de él.

 

El hombre que se convierte en el Jinete sin Cabeza es un mercenario alemán contratado por la armada británica en 1776 para apoyar a los soldados británico que dieron la vida durante la revolución, éste es cazado por soldados enemigos cerca de Sleepy Hollow (Nueva York) y decapitado con su propia espada. De acuerdo con la leyenda local, el Jinete sin Cabeza aparece en forma de espíritu para tomar la cabeza de los vivos.

 

El personaje central de la historia, Ichabod Crane, ignora las advertencias sobre el peligro y encuentra un destino incierto a manos del jinete. Aunque el rival de Crane en la historia, Brom Bones, pudiera ser quien se disfraza del jinete no está explícito en la historia si Crane se encuentra con el jinete o con Brom Bones. Anda en su corcel, llevando su espada, en el bosque, y a cualquiera que se le cruce, de inmediato le cortara la cabeza con su espada de plata u oro.

El Cadejo o Cadejos

La leyenda del cadejo o cadejos está presente en casi todo Centroamérica, se trata de un perro enorme de color blanco y ojos rojos que protege a los hombres cuando llegan a altas horas de la noche, sin embargo el cadejo tiene un enemigo, el cadejo negro, un ser diabólico que ataca y mata a las personas de dudosa moral, cuando ambos el espíritu protector y el diabólico se encuentran comienza entre ambos una lucha a muerte que normalmente da tiempo a la persona a huir.

El cadejo blanco como protector acompaña al hombre que trasnocha hasta su casa lo hace muchas veces desde las sombras y sin dejarse ver, normalmente se siente como un presencia que no puedes localizar. Su finalidad es defender al borracho o trasnochador del cadejo negro

El cadejo negro dependiendo de la cultura que enfoca la leyenda puede tener dos fines, matar a las personas de dudosa moral a las que no puede defender el cadejo blanco siempre a altas horas de la noche, o simplemente golpearle y aplastarle, en ambas creencias el cadejo nunca muerde (salvo en su lucha con el cadejo blanco) y causa el daño golpeando y aplastando, debido a su gran tamaño deja al hombre al que ataca como si hubiera recibido una paliza.

La Cegua

La Cegua (del náhuatl, cihuatl, mujer), también conocida como Segua o Tzegua, es un personaje de una leyenda típica de Centroamérica, de origen mesoamericano, y que habla de un ser espectral que se aparece por las noches a los viandantes por los caminos solitarios en la forma de una mujer muy hermosa, a los cuales solicita ayuda para que la lleven a algún poblado cercano. Una vez que la criatura ha subido al caballo (o vehículo, en versiones modernas), se transforma en un ser horripilante con la cabeza de una calavera de caballo, con la apariencia como si estuviera en estado de putrefacción.

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